El eco eterno entre la noche y el poder.
Desde tiempos inmemoriales, cuando las primeras sombras se aferraban a la tierra y los antiguos reinos apenas despertaban, surgió Skyline. No era un nombre: era un rugido marcado a fuego en la piedra y en la memoria de las criaturas de la noche.
Su era dorada fue un tiempo de grandeza absoluta. Hordas completas marchaban bajo su estandarte, vampiros y lobos curtidos por la guerra, unidos por una voluntad indomable. Skyline abría los portales prohibidos sin vacilar, reclamando una y otra vez los dominios que otros sólo se atrevían a contemplar desde lejos.
Muchos clanes surgieron como el amanecer… y se desvanecieron como el último rayo del ocaso. Skyline, en cambio, permaneció. Firme. Imponente. Antiguo.
Hoy, el silencio domina la tierra. No porque la guerra haya terminado, sino porque todos saben lo que ocurre cuando Skyline se mueve. Tres veces volvieron a abrirse los portales en esta era, y cada vez el eco de aquel triunfo resonó más fuerte que los pasos de cualquier enemigo.
Muchos aseguran que la quietud actual es paz. Pero los que conocen la historia entienden la verdad: es respeto… y es temor.
En esta etapa, los guerreros más destacados del linaje—Sulivan, Bhetohs, Serupian y JuicioFinal—mantienen la guardia. Junto a ellos, las fuerzas extendidas del clan—Ditto, Apocalipsis, Lebe y Luna—entretejen sombras, recursos y paciencia. No son ecos distantes: son parte viva del tejido de Skyline.
La noche parece calma… pero es la calma de un depredador que respira lento antes de moverse.
El porvenir no es incierto: es inevitable.
Cuando los cielos vuelvan a ennegrecerse y el suelo tiemble como antaño, Skyline no regresará… porque jamás se fue. Sólo aguardó el momento en que las sombras pidieran nuevamente un dueño.
Y cuando ese instante llegue, ninguna criatura podrá decir que no fue advertida.
Promesa del Juicio Final:
“Las puertas volverán a abrirse. Y cuando lo hagan, incluso los que nos niegan reconocerán en lo profundo de su alma la grandeza de Skyline. El cielo rugirá, el suelo temblará, y no habrá oscuridad capaz de ocultarlos de nosotros.”
Versión en latín:
"Portae iterum aperientur. Et cum aperiantur, etiam qui nos negant in intimis animarum suarum magnitudinem Skyline agnoscent. Caelum rugiet, solum contremiscet, nec ulla tenebra eos a nobis celabit."